Expedientes trash del cine británico (7): Tales that witness madness
Las pelis de episodios de terror pulp de Amicus son estupendas. Asylum, From beyond the grave, Tales from the Crypt, The house that dripped blood y tantas otras tienen un elevado valor hortera. A mi personalmente me parecen todas hijas de la grandiosa Dead of Night (Alberto Cavalcanti, 1945).
Tales that witness madness (Freddie Francis, 1972) es una de ellas, y además está repleta de viejas glorias de a pantalla como Kim Novak, Donald Pleasence, Jack Hawkins y Joan Collins. Pero no es oro todo lo que reluce.
Cuatro historias unidas por un vínculo forzado y débil: los personajes son todos enfermos de una institución mental en la que los psiquiatras son los narradores. La primera historia, Mr Tiger es un auténtico chorizo, pero la salva una última escena gore en la que el niño protagonista contempla la muerte de sus padres con el rostro impasible (el padre es clavadito a un Action Man setentero, no pude dejar de reir ante la idea). La segunda historia, Penny Farthing, es lo que decimos en valencia un cuento “sense trellat”. Una bici antigua, el retrato del tio raro y viajes en el tiempo. De este capítulo lo que más me gusta son los cambios de humor en el retrato, que se llevan a cabo insertando un fotograma, tan fácil y tan efectivo!
La tercera, Mel, es mi favorita, y es tan ridícula que resumiré el argumento: Un matrimonio feliz. Una mañana el esposo artista (Michael Jayston) vuelve de hacer su rutinario footing a casa, no con flores, sino con nada menos que un árbol, que según él dice tiene forma de mujer. A su pareja (Joan Collins), el tronco no le hace ninguna gracia y hasta le da un poco de celetes. Estos celos se ven confirmados con la progresiva obsesión del marido por el trozo de madera y su eventual rechazo a la pobre Joan. Un dia, cansada de todo el temita, se planta un salto de cama e intenta seducirlo diciéndole que pasan un western en la tele, pero se vuelve a la cama con las manos vacias. Es entonces que tiene un sueño en que el árbol la ataca y… la viola. Nuestra querida Joan Collins violada por un arbol! (alguien buscaba antecedentes a Evil Dead?) Esto es digno de la Recopilación Pegamín de escenas de cama mal rollo. Lo único bueno que se puede decir es que termina mal y (spoilers) Joan muere.
El cuarto relato, Luau, es demasiado, voodoo, canivalismo, el culito de Mary Tamm (para fans de Star Treck) y mucho sinsentido. Ni pies ni cabeza.
La peli termina con la genial frase: This is the most preposterous thing I have ever heard. Lo que en mi caso resume exactamente mis sentimientos hacia ella.