Expedientes trash del cine británico (6): Death shock

Por fin llegó el momento más esperado, le toca el turno al porno británico. Esta pobre gente estará versada en el arte de beber dos pintas y media en un tiempo estimado de 12 segundos, pero que nadie espere mucha virguería en la cama. Comparadas con las atrocidades porno británicas, las producciones americanas de tetas de plástico y decorados de cartón-piedra son auténticas obras maestras de interpretación, argumento y sensualidad.
Death Shock (Lindsay Honey, 1981) es en realidad una pieza del vintage más que una porno seria que aparece en un momento de decadencia en el cine de género isleño (ese mismo año se rodó Emmanuelle in Soho), y para ser justa, diré que las hay peores más hacia delante. Como puntos a su favor, la peli cuenta con una jovencísima Linzi Drew y... con un argumento fuera de "dos fontaneros se lo montan con chicas que no se quitan la ropa interior".
Asi que tenemos a un grupo de agradables parejas que son invitadas por el dueño de una mansión en la montaña a pasar la noche. Mientras las parejas se lo montan, el anfitrión y sus criados organizan ritos satánicos. No es Ballard, pero no está mal, al menos hay un esfuerzo.
Lo que no tiene perdón es lo siguiente: De todas las escenitas picantes que vemos, y del enorme surtido de penes que apreciamos, ni uno, repito NI UNO SOLO DE ELLOS está en estado de erección, todos descansan, como si la cosa no fuera con ellos, entre las piernas de los actores. Lo que me hace preguntarme el porqué del certificado 18.
Con tanto remake de estos dias, porqué nadie se atreve con una porno de impotentes?



Como nota a pie de página, diré que el director fue el encargado de rodar la hardcore Rock'n'roll Ransom con Ian Mitchell de los Bay City Rollers como protagonista. Todo un clásico.