Un tipo implacable
"Walter?
Walter era un campista. Y un chef; pero no necesitaba a Walter. El pollo estaba casi a punto. No le quedaban más de un par de minutos.
Jack sacó la automática que llevaba en los riñones. Walter lo miró de reojo. Jack se sacó el faldón de la camisa y empezó a limpiar el arma, con mucha concentración bajo la mirada atenta de Walter.
Si disparaba a Walter desde donde estaba, Walter y el pollo se caerían en la hoguera. Cómo salvar el pollo? Se levantó y rodeó la hoguera hasta situarse frente a Walter; se sentó y siguió limpiando el arma. Si disparaba desde allí, Walter caería de espalda y, o bien arrastraba al pollo consigo o bien el pollo caería al fuego. Walter se había bebido cuatro botellas de Falstaff mientras lo asaba, y escupió sangre después de abrir la última.
-Para qué estás limpiando el arma? Si vas a matarlo, espera hasta que hayamos comido. Si te gusta rosado por dentro, ya está en su punto.
-Puedo hacerte una pregunta personal?-dijo Jack
-Cómo de personal?
-Te importa mucho ser un cagón de mierda? Quiero decir un "Schitterer".-Soltó una carcajada al ver la cara de bobo que puso Walter, dejó de frotar la automática con la camisa y le pegó un tiro en el entrecejo; se abalanzó para rescatar el pollo, pero no lo consiguió. Walter sujetaba el palo con mucha fuerza y se llevó el pollo al caer de espaldas. El pollo aterrizó sobre sus piernas.
Jack usó los dientes de Walter como abrebotellas y le arrancó un par de molares antes de lograr detapar la cerveza. Cogió la botella, el pollo y, en el último segundo, qué coño, decidió llevarse también la botella de whisky para instalarse entre los nogales para vigilar la casa."
Elmore Leonard, implacable. Incluyo este fragmento en mi sección de crímenes bastos, esencialmente por el detalle del pollo. La vida humana le importa menos al asesino que rescatar su cena, lo que se traduce en el quebradero de cabeza que le supone encontrar el ángulo apropiado para que el ave no caiga en la hoguera.
Como en el fragmento de El amigo americano, el autor repite el nombre del que va a morir de forma casi compulsiva, 13 veces para ser exactos. Lo de utilizar los dientes como abrebotellas es una exquisitez cortesía de un genial Leonard. Sólo él...
Labels: Crímenes, Literatura
6 Comments:
Me alegra que cuando salía a escalar y dormía al sereno nadie disparara contra mí mientras tostaba los espaguetis en la hoguera (no había dinero para pollo)...lo que sí era recurrente era abrir las cervezas con los dientes...Sí la literatura incita a la jocosidad y a la relajación éste sería un buen ejemplo.
Maravilloso, tiene ud. razón en lo del pollo (que es importante si es la cena). Ese qué coño vale un imperio por cuanto el narrador se ha pringado de simpatía hacia el prota. Me encanta y no lo he leído, así que... Un beso, Pussy.
Al final lo importante es salvar la comida. Y los pollos, si son de corral, mucho más.
Una lucha dialéctica exquisita.
Quiero reencarnar en pollo y que un tipo así me cuide con ese esmero.
El pollo se las trae.
Un beso, Miriam G.
Hola, me he encontrado con el blog buscando información sobre "Dead of night" y me he encontrado con esta entrada, qué casualidad, es que acabo de leerme el libro de Leonard, está genial. Saludos.
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