La bondad de los extraños comentarios

Me gustaría poder escribir este post con las buenas formas que predominan en la blogosfera. Pero estoy cabreada y tampoco sabría cómo abordar un tema así sin mala hostia. Es probable que sea contraproducente, pero me dá igual, alguien tiene que hacerlo y yo lo llevo pensando desde hace tiempo; ahora que el tema está candente por textos recientes, me he decidido aunque sea demasiado tarde.
En el mundo de los blogs estamos todos contaminados. Enfermos, aletargados, embrutecidos, porque no hay nada que perjudique más que el halago vacio, el piropo automático, el saber estar, el peloteo y la falsa admiración.
No queremos leer, queremos que nos lean, no nos interesan las aventuras de los desconocidos, pero nos gustaría que ellos apreciasen las nuestras. Es por eso que los blogs están llenos de comentarios como estos:

"jajajaja"

":)"

"genial"

"un gran blog"

"no lo sabía, qué interesante"

Y esto qué es? Una muestra de que no se han leído el post, un anuncio, publicidad sobre ellos mismos, SPAM. Disculpen mi furia, pero en este entorno predomina la educación por encima de la sinceridad, y eso a la larga no es bueno, son dosis constantes de azucar que terminan produciendo diabetes y yo empiezo a advertir los primeros síntomas.
Twitter es la moda de la temporada, no sin razón: Pocas palabras y grandes significados, siendo el más ingenioso el que consigue condensar mayor fondo en menos palabras. Su éxito reside en nuestra comodidad. No queremos leer.
Pero el entorno bloguero es agradable y rosáceo, todo son conveniencias y alabanzas, todo es bonito y todos tienen razón siempre. El empeño por inflar nuestras estadísticas nos lleva a mostrarnos gratos evitando algo que nos enriquecería a todos, la confrontación.
Encuentro por todas partes defensas encarnizadas de los comentarios de los blogs, alguien dice que lo mejor de ellos son las opiniones de los lectores, que un blog sin ellos es un blog tuerto, un blog sin alma. Incluso hay normas de comportamiento: Jamás se deben borrar, ni siquiera los que no te gustan, el insulto no está permitido bajo peligro de ultrajo posterior y cuando recibes un comentario de un nuevo lector, casi como una tarjeta de visita, ha de ser intercambiada: Se pincha el link del recién llegado y se deja un "Pussy estuvo aquí" en forma de saludo cordial o peor aún, de "gracias por comentar en mi blog". No hace falta leer sus entradas, sólo es necesario comentar. Por qué? Porque nosotros tambien tenemos un blog y conocemos su importancia: Un blog no se mide por su contenido, se mide por la cantidad de comentarios que registra. Esto ni siquiera tiene que tener una relación directa con las visitas, pero eso nos creemos cuando entramos en blogs que cuentan con más de 40. Es el equivalente a la chica más popular del patio del colegio, la que más admiradores tiene.
Estamos tan cegados ante esta percepción que nos olvidamos de lo más importante: Los comments están ahí para ofrecer la posibilidad de discrepar. Pero la falta de lectura provoca la pérdida de facultades, nuestra capacidad crítica está en entredicho, la protesta y la desaprobación no son bien recibidas; queremos visitas y es más fácil conseguirlas con besitos y gominolas que con polémicas, asi disfrutar de una existencia agradable y a vivir que son dos días.
La obsesión de algunos me parece enfermiza; se llegan a redactar consejos para aumentar los comentarios de tu página. Los musts and dont's de la sociabilidad virtual, el How to make friends and influence on people del formato blog.
Siento que lo más adecuado sería dar fin a este vómito adoptando una postura sentimental para acabar con el mal sabor de boca de ustedes mis lectores, contarles lo bonito de pertenecer a una comunidad tan tolerante y lo feliz que me hace haberles conocido a todos. Pero tengo resaca, no he dormido bien y estoy enfurecida y triste a la vez. Estoy buscando pelea.