Tuesday, September 25, 2007

Japrocksampler - Julian Cope



En 2005, Julian Cope tomó alucinógenos, la primera vez desde hacía años. Tres meses después, empezó a vestirse de nazi a diario. El cantante de Teardrop Explodes cuenta con 49 primaveras y un aspecto de invasor de Polonia escalofriante. Es también un experto en Historia Antigua británica y un crítico musical insuperable, ya lo demostró con Krautrocksampler.
Cuando me enteré de que Cope estaba preparando un libro sobre la influencia de la música Occidental en Japón tras la II Guerra Mundial me emocioné. Cuando leí que se iba a llamar Japrocksampler se me vino el mundo a los pies. Demasiadas referencias a su famoso libro solo en una palabra… y me alegro de que esta decepción no me frenara a hacerme con una copia.
Una perfecta descripción sobre el conflicto que supuso la llegada de Dylan o The Shadows a la tradicional sociedad japonesa y su incidencia en grupos seminales. El relato viene acompañado de su estilosa retórica y de anécdotas insólitas sobre la versión nipona de Simon & Garfunkel, Teenage Jesus & the Jerks o Miles Davies: Desde sanguinarias protestas hasta secuestro de aviones.
Si algo me molesta es el impulse consumista al que el libro me lanza: Como ya viene siendo habitual, el final del libro es un análisis de 50 de los álbumes favoritos del autor. Necesito comprarlos todos.

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Wednesday, September 12, 2007

Salmo responsorial



La culpa es de los Bee Gees.
Cuando me miran con sospecha porque me gusta la música disco.
La culpa es de los Bee Gees.
Porque su banda sonora de Saturday night fever arrasó y reventó el género desde dentro.
La culpa es de los Bee Gees.
Porque vendieron 30 millones de copias que saturaron nuestros oídos.
La culpa es de los Bee Gees.
Porque Staying Alive hace bailar a todos nuestros primos lejanos jubilados de los dancefloors en las reuniones familiares.
La culpa es de los Bee Gees.
Porque le hicieron al disco lo que Elvis al R&B, aceptable para heterosexuales blancos de clase media.
La culpa es de los Bee Gees.
Porque le hicieron al disco lo que Diana Ross al soul, aceptable para heterosexuales blancos de clase media.
La culpa es de los Bee Gees.
Porque le hicieron al disco lo que Dave Brubeck al jazz, aceptable para heterosexuales blancos de clase media.
La culpa es de los Bee Gees.
Porque a partir de su éxito todo Cristo se hizo disco. Hasta James Brown. Andy Williams. Dolly Parton. Frank Sinatra. Frankie Valli. Rolling Stones. Rod Stewart. Ethel Merman.
La culpa es de los Bee Gees.

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Wednesday, August 29, 2007

C-Diddy rocks!



Cuánto es demasiado a la hora de tomarse en serio lo imaginario? Es una lástima que la seriedad no se pueda medir con kilos o mejor, con decibelios, porque entonces los protagonistas de Air Guitar Nation (Alexandra Lipsitz, 2006) llegarían hasta 11. El documental se centra en los participantes por EEUU en la competición mundial de Air Guitar del 2003 celebrada en Finlandia.
Aprenderán que, por muy frívolo que les parezca a simple vista, el arte de la guitarra imaginaria tiene unos orígenes pacifistas. Si sujetan un instrumento con sus manos, dificilmente podrán cargar un arma, o eso pensaron unos estudiantes de Oulu que en 1996 decidieron organizar la primera competición.
Para los participantes las aspiraciones son otras, ellos pueden meterse en la piel de un rock star durante los 3 minutos que dura una canción aunque disfrazarán estas aspiraciones con excusas más místicas, la fusión con la música, la filosifía de la nada, del vacío.
Veremos los cursos intensivos acerca de la disciplina celebrados a 100 km del círculo polar: En ellos pueden aprender trucos como el de no abandonar el instrumento y sobre todo, a tratar con fans. Y a pesar de todo, el triunfador de la convención resulta ser un actor cómico más versado en el escenario que en el rock en sí.
C-Diddy les quitará el aliento, les dejará sin habla. C-Diddy rocks:

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Monday, August 13, 2007

In memoriam

Tony Wilson, manager de Hacienda, propulsor de grupos como Happy Mondays, A Certain Ratio y Joy Division y director de Factory Records murió el pasado viernes 10 de Agosto a los 57 años de edad. Sin él, no existirían las discográficas independientes.
Que todos los "twats" fueran como tú. Tus fans no te olvidan.


Thanks for bringing us the music.

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Monday, July 30, 2007

Corporatividad mutante

Es más probable que cuentes una mala experiencia en un restaurante que una buena. Un mal servicio, una sopa fría o una copa con restos de carmín nos dá conversación de sobremesa una semana, depende de lo plastas que sean, se puede extender a dos. Con los conciertos sucede lo mismo, especialmente si, como el de Os Mutantes, provocan furia.
Pero antes de adentrarme en una crítica destructiva, atacaré el concepto de "concierto corporativo" de patrocinadores autoindulgentes que transforma un evento en polución publicitaria y asfixia consumista. Trocabrahma, sponsorizado por la cerveza Brahma, cuenta con la colaboración de músicos brasileños y británicos, que durante unos días hacen gira en las islas: es decir, samba y capoeira junto a indie y bailo-como-el-alcohol-buenamente-me-permite. Y cervezas calientes. Qué incoherencia, despliegan todo un arsenal de artefactos publicitarios, gastan miles en traer a Four Tet y a Gilles Peterson, y las cervezas que promueven las sirven a temperatura ambiente. Mal comienzo a precio de £2.50 la botella: no tardé en pasarme al G&T.
Audiovisuales llanos y DJ que ameniza a ritmo de grandes éxitos fue lo único ofrecido a la audiencia durante la hora y media de espera hasta que Os Mutantes ocuparon el escenario. Lo peor estaba por llegar: entonces fue cuando la pesadilla se hizo carne y habitó entre nosotros.
Es por todos sabido que cuando Rita Lee dejó el grupo, éstos comenzaron una etapa de producciones mediocres y narcisismo mientras ella se lanzaba en una popular carrera que llega hasta nuestros días. De aquel grupo originario, el único en activo es Sergio Dias, un personaje con desmesurados delirios de gloria y magnificencia, que convive con la distorsionada percepción de que es una estrella de blues. Como poseído por el espiritu de Joe Satriani, nos torturó con un solo de guitarra más propio de Spinal Tap, con gestos de emoción contenida y sentimiento compartido que daban más risa que lástima. Durante los 15 minutos que duró, mi carcajada histérica fue aumentando en crescendo hasta el llanto, lo que me consuela es que no era la única. No me jodan, si decido pasar un fin de semana escuchando psicodélia lo más probable es que ande huyendo de fiebres heavies, así que Sr. Dias, déjese de riffs que como diría José II a Mozart: "Demasiadas notas", pero esta vez, de veras.
La cantante conectaba menos con el público que la prohibición de tabaco, y se esforzaba tanto por aparentar cool que terminó por saturarme; seguía la premisa del absolutismo ilustrado: "Todo para la audiencia, pero sin la audiencia" y a pesar de bailar, saltar y poner centenares de caritas que dicen: "I'm rocking it!" no nos miró ni una vez, solo tenía ojitos para Sergio, como si cantara en privado para él. Quizá la estrategia se tratase en hacernos creer que hay un affaire de por medio, como Pimpinela, pero después de Roxette, me queda poca paciencia.
Por último, el síndrome The lord of the rings: The Return of the King, es decir, la incluisión desorbitada de numerosos finales. Pienso: "Ya acaban", me pongo la chaqueta. No, una más. Me quito la chaqueta. Presenta a los miembros del grupo: "Esta es la última, entonces". Me pongo la chaqueta. De pronto hacen una especie de mega-mix con todos su éxitos. Me quito la chaqueta. Abandonan los intrumentos y se juntan todos en el centro y se despiden. Me pongo la chaqueta. Tocan dos temas más. Y cuando se van, sin mayor ovación, vuelven al bis-a-bis.
El único consuelo que me queda es no haber pagado entrada, entonces me hubiera visto con la obligación de pasármelo bien y esa hubiera sido una tarea complicada.

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Wednesday, June 13, 2007

Documentales musicales

Tengo el dashboard del blog lleno de borradores, un montón de faena acomulada en forma de entradas inacabadas. Cada vez que lo abro me produce cierto desasosiego, me dá la impression de que se rien de mi y me dicen: “No nos vas a publicar NUNCA”. Aún así, he decidido empezar un post nuevo y dejar éstos para épocas de vacas flacas.
La idea me ha venido tras enterarme del próximo estreno del documental The godfather of disco sobre la vida de Mel Cheren, propulsor de la edición del primer disco en formato maxi para djs y promotor del Paradise Garage, en general una figura indispensable en la historia de mi género favorito. Apenas puedo esperar al estreno.
Esto me ha hecho pensar en documentales de música, y así les traigo un listado de mis favoritos:



- Ramones, The end of century (Jim Fields Michael Gramaglia, 2003) Esta peli despertó el punky que hay en mí, que no es que hubiera desaparecido, simplemente estaba un poco adormecido. Funciona genial como análisis de las personalidades del grupo, y me enamoré de la figura de Joey, tan grande, tan frágil a la vez que me perturbó la de Johnny. Las tensiones sentimentales y los celos están tan presentes que se convierten en inherentes a la trayectoria. Los punkies también tenemos un corazoncito!



- Metallica, some kind of monster (Joe Berlinger & Bruce Sinofsky,2005) o This is (almost) Spinal Tap. If only… Y lo pero de todo es que va en serio! Son asi! Yo me pasé la peli entre risas histéricas: Hetfield es detestable, Ulrich un pobre ególatra sin interés. Pero lo mejor de todo es el terapeuta. Estos heavies no van a ningún sitio sin su psicoanalista, que los ayuda a atravesar los momentos más duros.
Yo no soy fan de Metallica, pero si lo fuera tras este documental lo negaría rotundamente.

- Pump up the volume (Carl Hindmarch, 2001) Documental que pasaron en Channel 4 sobre musica House, ahora tan pasada de moda, creen ustedes que el House volverá? Yo espero que sí. La peli me gusta porque contextualiza muy bien la música con el entorno social y politico así como con las leyes de consumo y marketing. Si les interesa, la pueden ver en google videos. La primera parte es la mejor.



- You're gonna miss me (Keven McAlester, 2005) Más que la historia de 13th floor elevators, You’re gonna miss me es un estudio sobre la esquizofrenia, un análisis de lo que significa pasar de la fama a la enfermedad. Una historia dramática sobre el derrumbe del irresistible Rocky Erikson que queda al cuidado de su inestable madre, que apenas puede cuidar de sí misma. Bello y trágico.

- Style Wars (Henry Chalfant Tony Silver, 1983): Hip Hop y Graffiti a un nivel muy educativo. Personajes como el manco Case, Shy y Dondi y el artista Cap. Incluso si no les interesa la banda sonora, que por cierto es magnífica, pueden disfrutar de sorprendentes imágenes del Nueva York de principios de los 80: La pueden visionear aqui.



- Crossing the Bridge: The Sound of Istanbul (Fatih Akin, 2005): Este no es un documental al uso, no se esperen un chaparrón de laúdes y cantos folklóricos porque los tiros no van por ahí: Gran variedad de estilos desde el jazz, hip hop hasta música tradicional, no hay límites. Yo aún estoy esperando la segunda parte.



- Stop making sense (Jonathan Demme, 1984) Fíjense, que más de 20 años después y continúan “making sense”. Por los siglos de los siglos. Stop... es sencillamente la grabación de un concierto, sin más, tan simple como atmosférico: consigue la teletransportación al teatro, sobre todo cuando tocan Psycho killer.

Me dejo unas cuantas en el tintero, The filth and the fury, Musique au poing de Fela Kutti, Mr De: A Detroit Story y Madchester, pero son las 12 y me caigo de sueño. Buenas noches.

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Monday, June 11, 2007

Faust

Mr Pánico lo sabe explicar mejor. Ėl dice: "Son veneno. Azufre", y por una vez él sera el citado. No se me ocurre nada mejor para describir un grupo como Faust. Puro veneno. Corrosivos. Dañinos. Perjudiciales.

Disconnect.

Hello.

Disconnect.

Traspasan los límites de la experiencia musical. Desde el momento que tocan el primer acorde sabes que, si sales con vida de ello, no quedarás intacto. Las secuelas de haber asistido te acompañarán el cada vez que escuches música. Después nada suena igual, todo es convencional.

Taladradoras.

Bidones.

Planchas de metal.

Sopletes.

Pero eso no es música. Es ruido. Es espectáculo. Es circo. Es interpretación. Es un incendio en la pista.

Alguien detrás de mí está a punto de desmayarse.

No es música. No es música. No es música.

Es veneno.

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