Un relato a lo Duras
Suena pop ucraniano desde el portátil que descansa sobre una mesita de madera. El está sentado en el sofá rojo. Ella está tumbada en el sofá rojo mientras sus piernas reposan en las de él. A través de la ventana, una tormenta de verano.
Ella lo mira y piensa que ya no se le ve tan entusiasmado como antes. El le devuelve la mirada y piensa que ella lo está mirando interrogativamente. "Qué?" Ella piensa "Ya no lo puedo mirar sin una razón" y dice: "Nada". El desvía la mirada y piensa que ella ya no está tan enamorada, que cuestiona constantemente la relación. Ella lo ve frio. Dice: "Se te nota distante". El dice: "No, estoy bien" y se le ocurre que ella proyecta en él sus propias frustraciones. Sonríe con ironía. Ella contempla la sonrisa y piensa que es un cínico, que todo le resulta indiferente. "Qué es tan gracioso?" El responde que nada, que sonríe por sonreir. Ella dice "Claro, como que soy estúpida" y considera la posibilidad de que piensa en otra y eso le hace sonreir. Quizá sea esa compañera suya de trabajo con la que él almuerza tan a menudo. El observa su cambio de humor sin comprender. Debe de estar cansada de esto, últimamente se la ve tan infeliz, y eso le apena. Ella nota su seriedad y lo confunde con culpabilidad. "Se siente culpable por algo" y ese pensamineto le enfurece aún más. "No soy tan estúpida como perezco, sabes?" El está confundido. No sabe si intentar razonar o comenzar una discursión con la frase: "De qué cojones estás hablando?" Pero al final, como siempre, se inclina por ésta última. Ella deduce que él está a la defensiva. Esconde algo, si no lo hiciera no se comportaría de un modo tan agresivo. Ella tiene una idea. Si da por supuesto que ya sabe lo suyo con esa puta a él no le quedará más opción que confesar. "Lo sé todo, no es necesario que lo ocultes más". El piensa que debe de estar hablando del hachís que tenía escondido en la cazadora. A ella no le gusta que fume, y él había conseguido dejarlo durante un mes. Pero el día anterior él compró una onza. Las cosas no van muy bien, y lo que más le apetecía era colocarse. El dice: "Lo siento, esta ha sido la única vez, lo juro". Ella dice: "Te dejo".
Y de fondo, suena pop ucraniano.
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