Desnudos de terror
El FrightFest londinense se hizo un hueco en el mercado del terror escocés hace ya un par de años durante el Festival de Cine de Glasgow. Trajeados y afeitados, los organizadores emprenden su viaje al norte con sus promesas de camisetas y posters y cargados con una colección de títulos sólidos y de estreno. Producciones oportunistas que a vistas de la popularidad del terror, ofrecen un género sano y aceptable, de los que se puede presentar hasta en las bodas de las mejores familias. Unas películas que puedes ver con tus padres sin sentirte incómodo. Y eso, queridos amantes del terror, es un error. El panorama del miedo está, como la economía, en crisis y lo sé porque durante dos días de género, el único desnudo que he visto ha sido el de una zombie tras ser violada (Deadgirl, Marcel Sarmiento).
Si un día el terror fue el género subversivo de minorías dispuestas a pasar una hora y media disfrutando con sangre y desnudos, el mundo de hoy distribuye comedias con vampiros, fantasmas que aún no han nacido y chicas vírgenes con vaqueros. Una tendencia que contrastada con la moda televisiva de striptease colectivos es cuanto menos sorprendente. Por un lado, películas de terror de chicas flacas Beverly Hills a las que no se les ve más allá del escote, y por otro programas como How to look good naked o simplemente Naked, orientados a la audiencia lectora de publicaciones como Heat, que disfruta viendo fotos de la celulitis de Lindsey Lohan.
Mientras el terror se reforma para acercarse al mainstream y apetecer a audiencias Dan Brown, producciones de sobremesa adoptan y revisten tolerancia de culos y tetas, siempre y cuando tengan la finalidad de la mejora de la seguridad personal. En pelotas si y solo si el objetivo es terapéutico y sirva para aumentar la seguridad personal de los desvestidos. Profesionales del gremio de la enfermería desnudos, gordos desnudos, adictos a las dietas desnudos, y todo un sinfín de personalidades que enseñan sus verguenzas a la cámara a cambio de un poco de aceptación, una aceptación que se empieza a vetar en el cine de terror, porque se interpreta como explotación. La conclusion es que si los pechos son redondeados y apetecibles no pueden ser enseñados, pero culos con sobrepeso pueden aparecer acompañando nuestros cafés de media tarde.
A pesar de esta ausencia de carne, el Frightfest brilló con la proyección de Grace (Paul Solet), un bonito cuento que ha confirmado mi rechazo al embarazo para siempre. También lo hizo con The Unborn, cuando Odette Yustman se paseaba por la pantalla con sus braguitas blancas de algodón.
2 Comments:
Definitivamente de acuerdo, el terror, y el cine slasher pasan por su peor momento.
Ya ni recuerdo cuando fue la ultima vez que me llevé un buen susto, y ni hablar de ver una escena de tetas injustificada.
viva eli roth. no me cansaré de repetirlo. "Hostel" y su secuela (matar a un niño siempre será subversivo, no?)son dos de las pélículas más grandes que ha parido el cine fantástico en mucho tiempo y "Cabin Fever" tampoco está nada mal. pero es verdad que cada vez se ven menos tetas, en las pelis de terror en concreto y en la teenagexplotation en general. "supersalidos" es cojonuda pero no enseña ná. "cashback" es un mojón pero el prota paraba el tiempo en el super y se dedicaba a retartar los chochos de las clientas. los hábiles comentaristas del pegamín contaban el otro día que la nueva "viernes 13" venía cargadita de monitoras cachondas y Rob Zombie en su revisión de "halloween" inistía en el putiferismo adolescente. siempre hay excepciones.
buenas noches
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