Yo de mayor quiero ser famoso
La fama es tan fortuita como caprichosa, las masas de aspirantes lo saben bien, el estrellato está a la vuelta de la esquina de ese barrio... que todos desconocen. Puede llegarte por acostarte con el futbolista más apuesto de la selección o por un accidente laboral que te dejó con unas secuelas tan magníficas que The Sun te dedica un reportaje. A mi hoy se me ha ocurrido probar por el camino científico y he venido a trabajar con el peor de los catarros, con la esperanza de que mi virus mute en una especie de amenaza asesina. Quizá algún día se documente y el virus sea denominado con mi nombre, el virus Pussy que acabó con parte de la raza humana. Pero basta ya de parloteo sobre mi salud, yo de lo que de verdad quería hablar hoy es de glamour.
Debería haber comenzado este post con:
"El otro día estuve en una fiesta que contaba con Danny Dyer como uno de los invitados."
De este modo, lo que hubiera conseguido es atraer a la audiencia adecuada para mis reflexiones.
Pero no es verdad.
Lo cierto es que no estuve en una fiesta con Danny Dyer, jamás lo he visto y desconocía su nombre hasta que mi amigo John dijo: "Es el actor que se hace una paja en el baño en Human Traffic". Y aunque he estado debatiendo la posibilidad de contar la historia en primera persona, un ataque de honestidad me ha asaltado. Debe ser el virus.
En cuanto dijo lo de la paja visualicé la cara del actor y sonreí. Claro, el de la paja en el baño!
John se topó con Danny Dyer en un momento determinado del sábado por la noche: "Don't you know who I am?" le preguntó el actor. "No idea", contestó John. "I have a role in Human Traffic". El avispado John cayó en ese momento, "Of course, the guy that has a wank in the toilet!" Comentario al que el actor no respondió con demasiado entusiasmo. Continuaron la noche juntos y terminaron acudiendo a una fiesta en casa de unos conocidos, a las afueras de Edimburgo. Gente de bien, si bien poco interesada en las novedades cinematográficas más allá de qué personalidad en decadencia ha hecho aparición en Strictly come dancing. Vaya, que Danny Dyer bien podía haber Martin Scorsese o Juan García, lo mismo hubiera dado.
El caso es que el actor se pavoneó de un lado a otro del salón, intentó atraer la atenciónn de los invitados proyectando un par de risotadas a elevado volumen y continuó con un comportamiento un tanto frívolo, bromeando para una audiencia más interesanda en qué tipo de droga iban a tomar a continuación que no desentonara demasiado con el color de sus fulares. Muy a pesar de sus esfuerzos, nadie reconocía al secundario actor hasta que alguien preguntó a John: "But who the f*ck is that annoying wanker?"
La siguiente escena me da hasta pena porque debe de ser la pesadilla de todo famoso. A nosotros, ordinarios mortales condenados al anonimato, nos atormenta la idea de organizar una fiesta de cumpleaños a la que no acude nadie. Lo que las celebridades temen es asistir a una fiesta en la que nadie tiene la más remota idea de quién son. Danny se convierte entonces en el blanco de todo índice y entre los murmullos la palabra que más se repite es wanker. Los invitados debieron encontrar en el doble significado una mina de bromas a medida de las circunstancias y se aproximaban para decirle: "Ey! you are the wanker from Human Traffic!"
El final de esta historia es trágico: Plano cenital. Clarooscuro. El actor está rodeado de gente que rie y cuchichea. Está enfadado y grita algo ininteligible. Empuja a un chico bajito y de aspecto geek y sale disparado hasta que queda fuera de campo. Una puerta se cierra de golpe. Alguien con acento de Glasgow pregunta: "Where's the wanker gone?"
Y es que hay que tener cuidado con lo que se desea. Yo por ejemplo no quiero mi fama, reivindico la de John y la de mis gérmenes, pero no la mía. Yo me conformo con morir aquí, en la esquinita, de un virus desconocido y mortal, pero sin molestar.
Labels: Cine
5 Comments:
Lo mío con los famosos tiene lo suyo de dislate.
Al que me he encontrado un par de veces ha sido a Richard Gere. La última vez en Platja D´Aro, con sandalias de indigente, toalla sucia al hombro y un aspecto nada envidiable.
Para colmo se dedica ahora a hacer exploitation de su adhesión al budismo, anunciando coches en plan espiritual.
Que sí, Ricardo, que sí..
Yo sí no me pagan lo que quiero, paso de ser famoso...
Normal, lo del pajillero. No ya sus ansias de gloria, no, sino que todo el mundo lo conozca como el pajillero. Eso sí, Pussy, muchas risas con el público y el wanked (uno, que sabe inglés sólo por la pornografía, pensaba que se decía handjob, fíjese lo que uno aprende a estas alturas). Besos, Pussy :))
Ya lo afirmaba el sobravalorado Fernando Tejero sobre sus inicios en el cine cañí: en su primer papel en Sobreviviré le ofrecieron o hacer de joven que quería liarse con la prota o hacerse una buena paja, y optó, sabiamente, por lo segundo, sabiendo que sería mucho más fácil de reconocerlo, de recordarlo y de adquirir más papeles. Y pese a que nos pese (valga la redudancia) así fue.
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