Ausencia canina
Hay blogs que están formados a base de posts con disculpas por no mantenerlo al dia. “Disculpen la ausencia, pero he estado ocupado”, “Es que tengo este blog muy abandonado”. A nadie le importa, nadie les fuerza, asi que déjense de disculpas y escriban cuando puedan. Pero yo el post de hoy lo voy a comenzar también con una excusa sobre estos días sin escribir, y mi pretexto es tan valioso como el de esa gente tan ocupada.
He estado cuidando a un perro.
Lo más probable es que sus experiencias cuidando un perro, como las mías lo habían sido hasta ahora, han consistido en darle de comer al animalito un par de veces al día y sacarlo a pasear. Pero no conocía a pequeño Dilan, un Yorkshire Terrier que require más atención que un adolescente borracho.
Por las noches, tiene que dormir en mi cama y si no lo hace llora, ladra y aúlla como si fuera un perro de verdad y no la rata que es. A mí me dá igual, tengo unos tapones buenísimos, pero no tengo ningún interés en enfrentarme a mis vecinos porque éstos tienen pitbulls, rotwaillers y dobermans, y cuando paseo al pequeño Dilan lo miran como si se lo fueran a comer. El pobre ignorante cabrea a perros del tamaño de un caballo y se cree un boxer luchador libre, ladrándoles y chuleándoles. Pasearlo es mi peor pesadilla, peor incluso que tener que compartir cama con él. No puedo evitar tampoco sentirme en desventaja entre ellos, es como llevar un Renault Clio a una exposición de Porsches 9 11.
Después tenemos las comidas. Dilan, que tiene una dieta mejor que la mía, solo come ternera y lomo de cerdo cortado en trocitos. Qué coraje me dá cortarle la carne. Está tan malcriado que cuando le pongo la cena en el cuenco la mira y olisquea sin comerla para que le haga carantoñas “Qué pasa, Dilan? es que el rey de la casa no tiene hambre?”. Me gustaría poder ignorarlo, ponerle pienso durante cinco días y que se muera de hambre si no lo quiere, pero no puedo devolver al maldito desnutrido y pesando aún menos de lo que ya pesa.
A mí me gustan los gatos, yo me imagino de mayor como la asaltada por Alex en La naranja mecánica, viviendo en un caserón y haciendo yoga en mayot rodeada de ciento y un gatos. Los perros y los dueños que los antropomorfizan me ponen enferma. Como a un niño, los perros de ciertos dueños son inteligentísimos, y se sienten culpables cuando hacen algo malo, y piden perdón, y son vanidosos y hasta saben leen los posos del café y preveen accidentes. Tantas y tan primitivas emociones y sentimientos que le han costado al hombre milenios en desarrollar, son de pronto atribuídos no solo al sector canino, también a los osos panda, jilgueros y ratones. El día que un perro intente mantener la compostura frente a un grupo de señoritas cuando tras correr como un loco para pillar el autobús, el conductor le ha hecho un desplante y le ha cerrrado las puertas en las narices, empezaré a cambiar de opinion. O tráiganme a un ñu que se sienta culpable al chillarle a su señora cuándo ésta tenía dolor de muelas, o a un gorrión deprimido porque nadie se ha acordado de su cumpleaños, o a una iguana desengañada porque ha recibido un mensaje de texto y cuando lo ha abierto se ha dado cuenta de que solo es una promoción de Movistar.
Entonces, empezaré a cortarles la carne sin sentir que estoy perdiendo el tiempo siendo utilizada.
9 Comments:
es que a, primera vista, un perro te sale más barato que un niño y cortarle los cojones para que no se ponga muy nervioso puede parecer hasta razonable
odio a los perros y a los gatos y además soy alérgico
Y qué animales de compañía se compraría usted entonces? Yo quiero un bogabante, para la bañera.
un esbirro humano de esos que siempre tiene que estar por debajo de mi cabeza, por pequeño que sea... lo vi el otro día en un programa de esos de reporteros jóvenes
Yo tenía pensado una serie de posts bajo el tag Las cosas de Mus (de hecho, creo que ya hay uno), que es mi perro. Ahora, querida Pussy, tendré tino porque, ante todo, lo que no quiero es caerle mal :)) Un beso. (Por cierto, me he reido, pero que mucho, y cuando ya me había calmado he leído lo del bogavante y entonces ya no había calma posible)
Hola! Me he estado "paseando" por tu blog y me gusta mucho, ha sido un gran descubrimiento.
Yo tengo una perra, y la verdad es que me hace mucha compañía, además de proveerme con un montón de excusas para salir a pasear cuando no me apetece aguantar más las paredes de mi casa.
Nos leemos, un saludo
apuntes del camino
Hoy he ido a casa de un amigo después de 2 meses y su perro no se había olvidado de mí, nada más quería que le rascase la panza... perra vida...
Enrique, usted duerme con su perro? :)
No, no, Sra. Pussy (si le digo que sí, se que he perdido cualquier oportunidad con vd, si es que la tenía), pero, a veces, pide subirse de madrugada :)
Eh, oiga, al carajo, bien me jode a mi no poder actualizar el maldito blog (si bien es cierto que me evito andar salteando con esas disculpas que dice).
Y de gatos nada, pero perros amariconados, menos: un bonito boxer con el que mazarse a hostias o un golden al que sacarle la pereza a carreras. Y no contemplo san bernardos o mastines por motivos obvios.
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