Tecnología moderna

Mi móvil es tan pequeño que para teclear un número de teléfono tengo que utilizar un palillo. Tiene cámara, sistema de gps, una máquina de rayos X y hasta una navaja suiza. Mi coche es tan rápido como mi conexión a internet, porque mi ordenador predice mis búsquedas sin necesidad de utilizar el teclado y establece conexiones con el espacio exterior, he encontrado amigos en el planeta Miotán. Ya están en mi Facebook.
Las saetas de mi reloj tienen tantos diamantes incrustados que no se pueden mover por el peso, siempre son las 10 y 10. Mi i-pod es tan pequeño que te lo puedes meter por el culo y ni te das cuenta de que está ahí, almacena canciones, vídeos en 3D y graba el futuro. Sin necesidad de sacártelo.
Mi cámara de 20 megapixels tiene la opción de sacar a los retratados sin ropa; me pongo las botas. Mi videocámara es a su vez una cinta corredora y bicicleta estática, asi que puedo filmar mis viajes mientras me mantengo en forma. Mis zapatillas de deporte no son zapatillas, son dispositivos de regulación calórica, quemo grasa solo con andar. La cámara de aire me permite andar sobre el agua y vienen con esquis como accesorio para mis vacaciones de invierno.
Mi tele tiene una pantalla de miles de pulgadas, ya ni me acuerdo, pero es tan grande que no cabe en mi comedor. He tenido que derribar la pared con el vecino para instalarla. Ahora compartimos el espacio. El televisor selecciona los programas por mí porque conoce mis gustos, y si no hay nada de mi antojo, se inventa programas personalizados con presentadores robustos y pixelados que puedo alquilar por noche. Y son más baratos que los de las páginas amarillas.