Penes y peluches
En arte, todo movimiento artístico, al igual que los seres vivos, nace, resplandece y muere. Se originan por accidente, sin intención de cambio radical, pero alguna innovación inesperada los convierte en un fenómeno remarcable. Tienen su momento de resplandor, de renacimiento cuando alcanzan su equilibrio de forma y significado. Cuando mayor fama alcanzan, más seguidores, imitadores y admiradores que inspirados crean nuevas tendencias derivadas del movimiento primigeneo, les surgen. Y por supuesto, mueren. Mueren porque puedes repetir una idea sin que suene cansina un número limitado de veces.
Mueren cuando se formalizan y se academizan. Cuando son absorvidos por la cultura dominante, por la moral alfa y pasar a ser adoctrinados en las aulas de las instituciones locales. Profesores que ensañaban ayer las maravillas de la luz impresionista adaptan sus conocimientos con un par de artículos en publicaciones especializadas e imparten lecciones sobre las oscilaciones entre la represión sexual y la ninfomanía en la obra de Tracey Emin.
A los blogs les sucede lo mismo. Mis compañeros del departamento de informática se debaten entre enseñarles a los estudiantes el formato blogger o el wordpress, siendo estos últimos los que adoptan posturas más arriesgadas y cool.
Y paseándome por blogs cuyos posts constan de un link a una página de cosas monas se me ocurre que la decadencia es inevitable. Como adolescentes que han aprendido a decir la palabra PENE sin reirse, el blog ha madurado y ya no fascinan los peluches de colores ni las fotos glamourosas de chicas semidesnudas. Penes. Repitan conmigo. PE-NES. Los hay grandes, pequeños, delgados y godos. No somos británicos, no tenemos por qué avergonzarnos al pronunciar estas palabras. PENES! Así que una vez superado el shock, ya maduros y serenos, empecemos a reflexionar sobre todo esto.
No me malinterpreten, a mi las imágenes de penes no me desagradan, lo que me incomoda es que vengan acompañadas de un pie de página que diga: "Qué liberada soy". Porque entonces tienes los días contados, y tras ellos o te quitas la ropa o abandonas el blog como algo que nunca funcionó.
Y sí, la opinión, la poesía y la difusión especializada son las tres razones por las que sigo un blog. Los peluches y penes de escándalo, pueden montar la orgía sin mí.
Mueren cuando se formalizan y se academizan. Cuando son absorvidos por la cultura dominante, por la moral alfa y pasar a ser adoctrinados en las aulas de las instituciones locales. Profesores que ensañaban ayer las maravillas de la luz impresionista adaptan sus conocimientos con un par de artículos en publicaciones especializadas e imparten lecciones sobre las oscilaciones entre la represión sexual y la ninfomanía en la obra de Tracey Emin.
A los blogs les sucede lo mismo. Mis compañeros del departamento de informática se debaten entre enseñarles a los estudiantes el formato blogger o el wordpress, siendo estos últimos los que adoptan posturas más arriesgadas y cool.
Y paseándome por blogs cuyos posts constan de un link a una página de cosas monas se me ocurre que la decadencia es inevitable. Como adolescentes que han aprendido a decir la palabra PENE sin reirse, el blog ha madurado y ya no fascinan los peluches de colores ni las fotos glamourosas de chicas semidesnudas. Penes. Repitan conmigo. PE-NES. Los hay grandes, pequeños, delgados y godos. No somos británicos, no tenemos por qué avergonzarnos al pronunciar estas palabras. PENES! Así que una vez superado el shock, ya maduros y serenos, empecemos a reflexionar sobre todo esto.
No me malinterpreten, a mi las imágenes de penes no me desagradan, lo que me incomoda es que vengan acompañadas de un pie de página que diga: "Qué liberada soy". Porque entonces tienes los días contados, y tras ellos o te quitas la ropa o abandonas el blog como algo que nunca funcionó.
Y sí, la opinión, la poesía y la difusión especializada son las tres razones por las que sigo un blog. Los peluches y penes de escándalo, pueden montar la orgía sin mí.
13 Comments:
y a nosotros (los miembros erectos del pegamín) va y nos dice el I Ching que matamos el pene en el agua y la cabeza en vino si de verdad queremos metafracasar...
enseña las tetas, porfavó
matamos el pene... la dislexía es una zorra feminista
¿Torturada en un mundo falocrático?
Éste es mi fusil. Hay otros muchos, pero éste es el mío.
1977 cogió su fusil.
el murciano cogió su pistola
Endersito, me reservo las titis para nuestra cita. Kill the penis and fuck the pussy, es nueva versión postmoderna del mito de Edipo, dirigida por Greenaway.
77, yo es que soy insumisa...
qué honor, seguías mi blog...
A mí es que como siempre me ha dado un poco igual lo que hagan los demás... Me da igual quien habra un blog y lo rosa que sea.
Un beso, Miriam G.
Más razones para dejarlo...
¿Penes? yo cloné un pene en mi blog.
no sé por qué pero no me sorprende, markitos
Don Ender no me diga usted eso, que me ruborizo.
http://endeconstruccion.blogspot.com/2006/05/clona-tu-pene.html
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