La Bionda - I wanna be your lover
Estupendo vídeo de Guido Manuli para un tema de 1980 sobre el que aún tengo que decidir si es una genialidad frívola o una auténtica cursilada:
Estupendo vídeo de Guido Manuli para un tema de 1980 sobre el que aún tengo que decidir si es una genialidad frívola o una auténtica cursilada:
Es importante alimentar tus obsesiones, es por eso que a pesar de atravesar una racha económicamente nefasta (sigo sufriendo la cuesta de enero), no me privo de mis placeres auditivos. He comprado mucho vinilo, bueno, extraño, malo, hortera, pasado de moda (sí, I, Robot de Alan Parsons Project, qué pasa?). De entre lo mejor, estas tres recomendaciones:
De todas las posibles formas de empezar un post, la más vulgar es: “Hoy, en el trabajo…” Trabajar es odioso, a nadie le gusta, por lo que cuanto menos se hable de él, mejor. Cuéntenme lo que les sucedió nada más salir, o lo que les pasó de camino, pero eviten los detalles de las ocho horas durante las que tuvo tiempo de pudrirse frente al ordenador.
Segura estoy de que todos mis lectores se han imaginado alguna vez viviendo una existencia bohemia. Dedicados a la escritura, frente a un ordenador en el hotel situado en un paraíso idóneo para la inspiración.
Para culminar la semana, un video de los auténticos robots humanos, no podia faltar Kraftwerck con su himno industrial We are the robots.
Con la excitación cyborg de esta semana, ayer se me olvidó celebrar el cumpleaños de este blog, que cumplió dos añitos, ya está en edad de merecer. Veinticuatro meses empeorando a diario, molestando a cristianos y asociaciones conservadoras y en definitiva, riéndome mucho. Y yo que no le daba mas de quince dias! Muchas gracias a todos, les quiero una jartá (y no son las drogas), no digo nombres porque ya saben quienes son.
Gordos, delgados, altos, bajos, metalizados,, humanizados, villanos, héroes, listos, torpes... Para gustos, robots. Ha sido difícil la elección, aquí una lista de los mejores según ranking Pussy:
Giros, patadas al aire y movimiento de brazos en aspa, no parece tener ningún efecto en estos robots teclistas. Cualquier humano se hubiera derretido, pero ellos no:
Hoy, día de San Valentín se me ha ocurrido interconectar el tema robótico semanal con el amor. Qué surge si mezclas ambos? La tecnosexualidad o ASFR (alt.sex.fetish.robots). Olvídate de la ubersexualidad, eso es agua pasada, lo último es la enfermedad de los geeks que desarrollan cierto fetichismo por androides.
La fantasía, y el no objeto, es el soporte del deseo
Humanidad, esa tediosa especie... Renunciaría a ella sin dudar, a veces me resulta duro saberme perteneciente a la misma familia animal que esos seres que vislumbro desde la puerta exterior de Zara. Más constructivista que romántica, yo sería una mejor androide, de piel metalizada y rasgos neutros. No me conformo con ordinarias cabelleras y voces graves, quiero ser brillante y tener una voz eléctrica, un vocóder en la garganta.