Lo que comí

El lunes me levanté a las 9:30. Para desayunar tomé 500 huevos duros con mucha sal y una tacita de té. Para almorzar me comí un viejo neumático de coche y unas gafas de sol con un zumo Pascual. Para cenar, un bote de crema antiarrugas con dos metros de cable eléctrico.

El martes me levanté a las 6:50. Mi desayuno consistió en una regla de plástico y el perro del vecino. Para almorzar me bebí 53 pintas de Guinness; me fuí pronto a casa y me metí en la cama.

El miércoles me levanté a las 3 de la tarde. Desayuné bacon con huevos, tres tazas de té y unos folletos de una agencia de viajes. No almorcé porque era demasiado tarde. Para cenar me comí mi propio bolso y toda la ropa de mi madre.

El jueves me levanté a las 6:50. Para desayunar me bebí un bote de lavavajillas y la radio de un coche. Almorcé las tuberías de un baño, mi camiseta favorita y un café. Para cenar me comí unos documentos importantes y facturas, una chaqueta de goretex, una grapadora, un par de zapatos, un paquete de galletas y un helado.

El viernes me levanté temprano porque tenía cita con el médico, asi que no tuve tiempo para desayunar. Para almorzar tomé un sandwich y una taza de té. Para cenar, me comí todas las plantas del jardín, un CD de Prefab Sprout y una losa de cemento.

El sábado me levanté a las 8. Algunos sábados trabajo así que me tengo que levantar pronto. Desayuné un bol de muesli, pero lo vomité sobre los pantalones. Para almorzar, me comí los pantalones; después me fuí a la peluquería a raparme la cabeza, y me comí el pelo de camino al cole. Mi cena consistió en un taladro eléctrico y ensaladilla de col sin mayonesa. La mayonesa me sienta mal.

El domingo me levanté a las 9 y me fui a misa sin desayunar. Para almorzar, me comí una lápida de tamaño grande y algo de hierba. Por la noche, me fui a cenar con mi mujer y elegí gambas. Ella se inclinó por la lasagna.

Inspirado en David Shrigley