La llave de cristal
"Con una sonrisa dedicada a Ned que le llegaba hasta las orejas, y sin mirar al hombre cuyo cuello apretaba, Jeff comenzó a respirar honda y pausadamente. Se hincharon bajo la chaqueta los músculos de los hombros, los brazos y la espalda; y el sudor brotó en la cara morena horrible. Ned estaba pálido. También él respiraba hondamente y una capa de humedad apareció en sus sienes. Miró la cara de O'Rory por encima del hombro musculoso de Jeff. El rostro estaba del color de la bilis.
Resaltaban en él los ojos ciegos. Asomaba la lengua azulada por entre los labios cárdenos. Su esbelto cuerpo se estremecía esporádicamente. Una de las manos comenzó a golpear contra el muro mecánicamente y sin fuerza.
Sonriéndole aún a Ned, sin mirar al hombre que tenía agarrado por el cuello, Jeff abrió algo más las piernas y arqueó los lomos. La mano de O'Rory dejó de golpear sobre la pared. Se oyó un sordo crujido y, casi inmediatamente, otro más sonoro. Cesaron las convulsiones del cuerpo de O'Rory, que quedó desmanejado y lacio entre las manos de Jeff.
Jeff rió guturalmente:
-Se acabó-dijo.
Quitó de su camino una silla con un puntapié y dejó caer el cuerpo de O'Rory sobre el sofá. Ahí quedó, boca abajo, con un brazo y una pierna colgando hasta el suelo.
Jeff se frotó las caderas con las manos y se volvió hacia Ned.
-Soy un sentimental, grandote pero bueno."
Me estoy pensando la posibilidad de abrir una nueva sección en el blog en el que incluya crímenes literarios. En una ocasión ya mencioné el escalofriante asesinato que Patricia Highsmith detalla en Extraños en un tren. A veces me parece que describir de esta forma un crimen requiere una auténtica identificación con la mente del que lo comete, lo que casi, de alguna forma, te convierte en cómplice.
En este fragmento del libro de Dashiel Hammet, la presencia de un tercero que observa la muerte por asfixia acentúa nuestra implicación, somos nosotros contemplando un asesinato sin poder hacer nada. A mi personalmente lo que más me impacta son esos golpes en la pared...
Labels: Crímenes, Literatura
15 Comments:
Indudablemente, en cierta manera hay que convertirse en el personaje. Esto me trae a la memoria la escena de la violación en la película Irreversible. Por un lado, si fuese real. Por otro, la interpretación.
No se lo piense. Abra esa sección. Visto lo visto, pinta suculenta.
Me atrevo a haceros una recomendación. El leopardo de medianoche de James McClure. Imprescindible
me lo apunto!
véase tambien Historia del Ojo, de G. Bataille o Las Once mil vergas de Apollinare
enhorabuena por la iniciativa, muy prometedora.
seguro que lo habrás leido pero también te recomiendo 'el hombre delgado' aunque su prota, nick, un ex-poli, no estan auténtico como ned, el guardaespaldas.
El hombre delgado fue de hecho la novelita que me introdujo al género policíaco: mujeres que mienten, muertos que están vivos y un investigador que sobrevive a las balas. Imprescindible.
¿Soy el único que ve un trasfondo claramente claramente gay en la escena?
Quizás deba ir al psicólogo.
Pues ahora que lo comenta... tanto sudor, tanto músculo y tanto toqueteo... :)
Le prometo que al empezar a leer creía que estaba narrando una escena de sexo.
Es decir: yo también veo claro el trasfondo, y todo queda cuadrado con el voayeur (o como se escriba).
sí, sí, por favor, sí, quiero esa nueva sección, sí, la necesito. Un saludo anhelante.
Primer capítulo de "Fantasmas" de Chuck Palahniuk. No es exactamente un crimen, pero les gustará.
Morbosilla.
¡Qué buena idea!
Qué gran idea, Pussy. A mí me gustó aquel de que ocurría en Leviatán (de Paul Auster), en medio de la carretera y con un bate de baseball.
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