Guitar Hero
Cualquier tonadilla pegadiza de un anuncio de coches o de plataforma digital es capaz de rescatar todo un movimiento musical adormecido por el tiempo, una tendencia de sueño inquieto que siempre ha estado a punto de retornar en forma de moda, pero sólo el empujoncito de la publicidad le da la oportunidad esperada. Véase el caso de la New Wave, el fenómeno underground conocido gracias al tema de ESG que sonaba acompañando al sketch del Toyota Verso de hace ya un par de inviernos. De ahí viajará a las verbenas de domingo, al ringtone del vecino inadaptado y a las marmotas de peluche que danzan al son de un tema de moda.
Una vez despierto y espabilado, le irán saliendo los imitadores de carne y hueso, grupos oportunistas a la espera de la señal de luz verde para poner en marcha los motores del plagio. Y casi sin darnos cuenta, hemos sido invadidos por un nuevo rítmo y hasta nuestros sobrinos tararean durante la merienda lo que un día fue transgresor y oscuro. Algo que el cine llevaba tiempo explotando con más o menos éxito a través de la intrusión en las tiendas de discos de categoría Bandas sonoras (me viene a la cabeza una conversación con un joven repeinado que mantenía que su estilo de música favorito era la "Música de películas").
Suplantando una labor originariamente en manos del dj de radio, la publicidad se hizo con el rol de popularizar lo secreto, apaleando las masas con carne de animal en extinción; así asocian su nombre al descubrimiento de nuevas tierras, casi de la misma forma y utilizando los mismos mecanismos que las marcas de cerveza que patrocinan festivales y conciertos.
Después está internet, con sus éxitos de Myspace y Youtubes, carne de cultivo de estudios de mercado sobre el gusto del consumidor que rescatan y generan sus propios productos de consumo.
Pero Chocolate Rain, Sandi Thom... y Los micrófonos tienen ahora un nuevo competidor en forma de videojuego, y éste es el Guitar Hero. Vuelvo de mis vacaciones navideñas con la espalda destrozada y la melancolía que me produce haber tenido que sustituir mi funky dance por un air guitar como movimiento principal de bailoteo. Los bares de moda se han adaptado con una rapidez vertiginosa al fenómeno de moda arrasador que está acabando con la vida social de alguna de mis amistades valencianas, y lo que antes era Mike Flowers ahora es Guns'n'Roses, Beasty Boys, Queens of the Stone y Tenacious D. Pero no se crean que esto es el vale tudo del dancefloor, no toda heavutada es válida, ha de tener ese algo que nos haga revolcarnos de placer en un éxtasis metálico, la muerte ha de correr por nuestras venas mientras imitamos a nuestras estrellas de rock. Un solo de guitarra cualquiera no sirve, los temas han de gemir, sollozar por un público, pedir a gritos la fama y el poder que unos acordes inventados proporcionan a través de mantener ese sueño candente.
Y contra esto los anuncios de coches, qué pueden hacer?
Labels: Música
8 Comments:
Lo vi en un establecimiento y no me disgustó, pero a lo que iba: bendito el 2008 (le deseo lo mejor) porque la trae de vuelta, Pussy. Un besoooo.
Sinceramente me fascina que haya gente que sepa usar esos chismes... que bueno que volvió
Yo soy mas de singstar, lo mío es berrear mientras birreo
Saludos Pussy!!
Tiempo te ha faltado para criticar!
Jijiji, que no, j.a., que es un análisis desprovisto de todo juicio ;)
Yo ya no puedo escuchar I love rock and roll sin imaginar a gente tocando guitarras de juguete.
El mundo no avanza, gira. Para ejemplificar lo que comenta, nada más sencillo que recorrer el dial radiofónico (analógico) en busca de nuevas experiencias musicales. El resultado casi siempre acaba siendo el mismo: todos los grupos de la historia cuentan, únicamente, con un tema en su haber, reiterado hasta la saciedad y fotoclonado hasta la regurgitación. ¿Eagles? Hotel California. ¿Louis Armstrong? What a Wonderful World. ¿Dire Straits? Money for Nothing... Y así hasta el infinito.
Luego después vienen las generaciones futuras/presentes, como comenta, y debaten, durante páginas en foros o chats si Sweet Dreams es de Eurythmics o Marylin Manson.
Normal pues, que estos nuevos juegos sean acordes con las tendencias actuales. A fin de cuentas, tampoco veo a nadie capacitado para guitarherear el Gossip Perpetuo de maese Perrey, por decir alguno... Y lo que se agradece.
Paradójicamente es más barato comprarse una guitarra eléctrica y un ampli de 15 w. que una PS con el GuitarHero. La ventaja de éste último es que te proporciona una emoción inmediata (y flojilla, la verdad) sin requerir esfuerzo apenas. Lo otro en cambio exige un proceso largo, pero compensa con la intensidad de la pasión obtenida.
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