Expedientes trash del cine británico (8): Zeta One

Para algunos, una ardiente peli culto de los 60. Para otros como yo, otra barata comedia británica de pedorretas y pezones.
Basada en unas tiras cómicas de una revista femenina de los 60, Zeta One (Michael Cort, 1969) tiene un enrevesado argumento que salta de un lado a otro como una cabra sin darse a sí mismo una oportunidad de cuajar o llegar a una conclusión. Los actores James Robertson Justice y Charles Hawtrey interpretan… qué interpretan? Aún no he decidido si son malvados criminales o héroes salvadores de la Tierra. En cualquier caso, tratan de descubrir el misterio que envuelve a las Angreas, una raza de amazonas superwomen de otra dimensión, o del espacio exterior, parece que los guionistas no llegaron a un acuerdo. Las chicas, que se dedican a raptar humanas para aumentar su rango, están dispuestas a hacer lo imposible por mantener su existencia oculta. En medio de este berenjenal se encuentra el detective James Word (jajaja! qué humor…) que narra esta historia a la sexkitten Yutte Stensgaard, que sorpresa, sorpresa, en un inesperado "twist" resulta ser también Angrea.
Como es de esperar, la cinta es de calidad baja, editada y dirigida artesanalmente, con enormes patinazos en continuidad, pero eso al fin y al cabo le da cierto encanto. Con pretensiones de ciencia ficción, se queda más en una bastardada de Barbarella. Los desnudos son de cintura para arriba y no están conectados con ninguna escena de actividad sexual. Lo que puede alzar alguna ceja impresionable son algunas escenas de “tortura”, si nada más, por ver los rostros lascivos de los actores contemplando alguna chica atada a un perchero. Ya sabeis que como lectores activos, estais todos invitados a probar estas prácticas británicas, por si alguien aún conserva percheros.
Lo que salva al film es el ambiente sesentero de chicas oh! ah! con minivestidos naranjas y botas blancas mientras que en el submundo angrea todas llevan imposibles tangas y cubre pezones. Eso, y Yutte Stensgaard.