Bolso

Llevar bolso siempre ha sido, desde el día que por primera vez le pedí uno a mi madre, una cuestión práctica. Un lugar en el que guardar la cartera y las llaves los dias que mi modelito no iba acompañado de bolsillos. Para tales efectos no necesitaba una bolsa grande.
Después empecé a fumar, y para ello necesitaba algo de tamaño algo más considerable y con compartimentos interiores en los que poder camuflar el tabaco y el mechero. Los complementos llegaron posteriormente: Gafas de sol, pañuelos o sombreros y guantes dependiendo de la época del año, y con esto el espacio necesitado se iba ampliando.
Fue el primer año de universidad cuando se me ocurrió acercarme al oculista porque desde el fondo de la clase no veía bien la pizarra… Las gafas de lejos se convirtieron en la siguiente pieza en acompañar a todos los anteriores. Bolis, papel y agenda vinieron tras ellas junto con el libro que me esté leyendo en ese momento, nunca sabes cuando vas a tener unos minutos muertos o una espera.
No beber suficiente agua es fatal para la salud de tus riñones, es por eso que yo siempre llevo encima una botella, con el correspondiente peso que ésta añade. Ya sabeis que es recomendable beber 2 litros y medio al día como mínimo…
El móvil. En un principio un lujo, una necesidad hoy. En ocasiones tengo que incluir el cargador porque no me ha dado tiempo a cargar la batería en casa.
Al poco, cacao de los labios y la crema de manos precisaron un lugar, que después compartiría con el perfilador, el pintalabios y la máscara de pestañas.
La cámara de fotos digital se convirtió en mi mejor amiga desde que me la regalaron. No salgo sin ella ni a comprar el pan, por no hablar del i-pod, que mucho criticaba hasta que me compré uno para ir al gimnasio. La música que seleccionan en esos sitios es espantosa. La insignia identificativa y llaves del trabajo, los usb’s y discs, el paquete de kleenex, el lector de la cámara, paracetamol, el paraguas, el cepillo del pelo, una revista, y eso si salgo sin el portátil. De vez en cuando aparecen objetos inesperados: facturas sin pagar, un limón, un periódico antiguo. Para todo esto el volumen del bolso que necesito es descomunal, por no hablar del peso del mismo, necesito un camión para transportarla. Guardo tantas cosas que para encontrar una de ellas me puedo tirar toda la mañana. Y todas estas cosas son imprescindibles, falta que se me olvide alguna de ellas para necesitarla.
Parece que la progresión va en aumento, os imaginais dentro de unos años?