Sección de enlatados (10): Especial para niños!
En este blog no se discrimina a nadie, hay lecturas para todos, independientemente del color, altura, volumen, sexo, religión o edad del visitante; mi post de hoy está dedicado a los más pequeños. En los menores hemos de prestar cuidado especial, con esos tiernos cerebritos es nuestra responsabilidad que la educación que reciban sea la adecuada, de ello depende que se conviertan en personas de provecho. Es por esto que esta entrada esta también dedicada a padres y educadores, en ellos reside el poder de crear monstruos.
Quién no recuerda sin emocionarse esos domingos por la tarde engullendo caramelitos Pez? Y el cosquilleo electrizante de Peta Zeta? Los Koyak de Coca-Cola? Yo confieso ser una gran fan de los puromoros y las moras negras, esas que dos semanas después de habertela comido aún rescatas bolitas azucaradas de entre los intersticios de las muelas. Aunque para muelas, alguien sintió también la frustración de comerse un caramelo (que más que probable trajo la abuela) de café con leche, que cuando conseguiste despegarlo de una hilera molar se aferró a la otra? Y así toda la tarde. Ay, qué recuerdos, viendo Eurovisión junto a una enorme bolsa de chucherias, intercambiando dulces (te cambio la nube por el chicle de melón) y degustando gusanitos o arroz inflado en el recreo del colegio.
Pero para bien y para mal, los tiempos cambian. De las generaciones jóvenes lo que nos encanta decir es que maduran demasiado pronto y que están peor educados que las nuestras. Oía decir esto a mis padres y hermanos durante la adolescencia, y yo misma, ya de adulta, continúo con la tradición criticando de vez en cuando esos estudiantes malhablados que vienen a la biblioteca. Esta crítica se debe a la ausencia de comprensión, siempre se critica lo que no se entiende.
Luego están los creadores de productos, diseñadores y publicistas que tienen que superar esa barrera generacional para acceder al público objetivo cuyos artículos están orientados. Esta gente, en su preocupación por crear género que llegue a ser aceptado por los jóvenes, debe de pensar: "Lo que funcionaba hace 20 años no va a cuajar hoy en día, con estas bestias indomables. Estos engendros educados con videojuegos, monopatines y música techno no comen puromoros". Qué es lo que hacen entonces? Crean Toilet Candy:
Toilet Candy, lo que me faltaba por ver. Esto ha sido inventado por a) alguien con un gran sentido del humor; o b) un patán creyendo entender ese "rollo juvenil". Yo me inclino por este último. Casi lo veo: "Bua, lo tengo. Los muchachos se van a partir con caramelos envasados en un váter". No contento con eso, intenta atraer a esos jóvenes modernos con una pegatina que representa a un niño en monopatín con gorra invertida: "La fórmula perfecta. Váteres para la risa fácil y monopatines que es lo que les mola."
Les invito a ver el contenido:
Por el precio de £0.20 tienes 20 caramelitos y una cajita en forma de váter! Una ganga. Sobre todo, si tenemos en cuenta que los dulces tienen formas divertidas, miren, miren:
Pizzas, huesos y peces tal cual, como si no hubiesen sido digeridos.
Llamadme anticuada, pero yo me quedo con las moras y los puromoros.