Oro maldito, un post perdido

Hace un frio siberiano, estoy borracha y entre mis drafts me he encontrado con este post:

Algo que jamás podré decirle a mi padre es que cuanto más mayor me hago más me gustan los westerns. Toda mi vida me he reido de su afición para señores con tiempo en sus manos:. yo entendia el western como un género con señores para señores, un cine que mostraba hombres sucios a caballo, lo que hoy en dia se ha convertido en el motivo por el que me gusta. Ayer disfruté como una niña con Se sei vivo spara (Giulio Questi, 1967) conocida en España como Oro maldito y en el Reino Unido como Django Kill, asi traducida para atraer a los fans de la serie de Django, aunque nada tenga que ver con esta.
Oro Maldito es el spagetti western más violento nunca visto, con un montón de sangre de la densa y artificial. El personaje central es Stranger, un ser de características sobrenaturales protagonizado por el cubano Tomas Milian, que menuda belleza divina, lo que me he estado perdiendo todos estos años. Me gusta por sobre todo por recordarme a Swan de los Warriors en su estilo de torso-desnudo-con-chaleco-de-cuero.



Pero a lo que íbamos, la peli es una especie de western de terror con algunas escenas surrealistas y violencia extrema. La historia, como tantas otras, es la de un cargamento de oro robado. Stranger es traicionado y disparado por los bandidos que dieron el golpe con él y buscando venganza los sigue hasta el pueblo llamado por indios nativos The Unhappy place. Los habitantes son todos villanos, a destacar el grupo de Zorro y sus muchachos, que llevan uniforme negro y son abiertamente homosexuales: me resultan en su estilo una especie de mezcla estética San Francisco-Fascismo. Incluso se sugiere la violación a un menor, que terminará quitándose la vida, interpretado por un joven Ray Lovelock, que después protagonizará No profanar el sueño de los muertos.
La peli está llena de momentos alucinógenos poco comunes en westerns convencionales, como la escena en la que Django es torturado y crucificado en un zulo plagado de murciélagos. O cuando uno de los bandidos moribundo a causa de disparos, ve su cuerpo invadido por los llaneros locales que buscan el oro de las balas que lo han atravesado. No falta la historia de amor, Django es seducido por la mujer esquizofrénica del alcalde, que no se quita el camisón blanco durante toda la peli lo que le da atributos fantasmagóricos.
Un final apoteósico con un incendio en que (spoilers) el oro se derrite sobre uno de los malvados, que queda cubierto cual efigie romana.