Las pelis de mi enfermedad

Me he pasado una semana enterita enferma en casa, lo que teniendo en cuenta mi delicada estabilidad es un riesgo, he estado al borde de la locura por perdida de contacto con la realidad. Incluso estaba deseando volver a trabajar, casi me da verguenza reconocer. Lo bueno es que he visto un monton de pelis que estaban en mi lista de must-see y que por una razon o por otra siempre dejaba para otro momento. Tambien he visto algunas de mis pelis favoritas, de esas que no te cansas nunca de ver, pero aqui voy a comentar mis vastos descubrimientos:

A boy and his dog (L.Q. Jones, 1975): Una rareza total con un jovencisimo pre-Corrupcion en Miami Don Johnson. La peli se desarrolla en un planeta post apocaliptico en el que las mujeres son el bien mas preciado y narra la historia de Vic, un sobreviviente adolescente y su perro Blood, con el que mantiene conversaciones telepaticas. Todo es normal con las ocasionales luchas con bandas armadas, hasta que nuestro heroe conoce a una joven de la que se enamora. Cegado por las ganas de sexo, la sigue hasta su hogar, que resulta ser un universo subterraneo con excentricos habitantes que se interesan en el como fuente de semen. Este submundo es en mi opinion el maximo logro de la peli, me recuerda el extranyo mundo de The Prisioner (1967), la serie britanica de culto, de la que yo creo se han inspirado.
Save the green planet (Jun-hwan Jeong, 2003): Una maravilla. Un joven paranoico vive obsesionado con que el planeta va a ser invadido y exterminado por aliens. Con este convencimiento rapta a una personalidad politica influyente en su pais creyendo que es uno de ellos... torturas, humillaciones, locuras, un sin fin de horrores con un final inolvidable. Los personajes estan definidos magistralmente, en especial la novia del homicida, que juega con barbies y es en si una muñequita circense.
Salome (Carmelo Bene, 1972): Psicodelia y religion, que mezcla mas acertada. Imaginaros la historia de Salome con LSD. Colorido, musica, escenario, todo muy blasfemo, en especial la escena en la que Cristo se crucifica a si mismo.
Les Yeux sans visage (Eyes without a face, Georges Franju, 1959): Es tan tierna y tan macabra al mismo tiempo... sencillamente, hay que verla.